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TAI JI QUAN GE

Filosofía aplicada al TaiJi Quan, interpretación del poema de la esencia y la aplicación del TaiJi Quan.



POEMA AL TAIJI QUAN



Los movimientos en el TaiJi Quan deben ser naturales y sinceros, como la naturaleza misma, transparentes.

Continuos y fluidos, mostrando el continuo baile del cambio entre el yin y el yang, lo vacío y lo lleno, lo suave y lo fuerte, la sangre y el Qi, los unos conteniendo a los otros y generándose mutuamente dentro cada movimiento.

El cuerpo se llena de Qi al variar la relación entre energías, trabajamos las seis armonías: la parte superior del cuerpo se coordina con la inferior; hombros con caderas, codos con rodillas, manos con pies: lo interno se combina con lo externo, corazón con intención, intención con respiración (Qi) y respiración con movimiento.

Nuestros pasos deben ser suaves y lentos, al igual que la relación entre nuestros movimientos como acariciando nuestro Qi.

Cuando hay movimiento todo el cuerpo se mueve en unión, coordinado y fluido, con un Qi activo, cuando permanecemos quietos, todo en la mente y el cuerpo está en calma con un Qi tranquilo.

Nuestra coronilla está como suspendida, sostenida y guiada por el Qi del universo, estirando la espalda y liberando las vértebras, mientras que abajo, nuestro Qi se hunde en el DanTian.

Los hombros relajados cuelgan con los codos bajos para no perder energía, la espalda estirada y el pecho relajado.

El coxis relajado, ni metido, ni hacia fuera, recto, relajado, con Wei-Lu activado.

Movemos el cuerpo con la cintura, conscientemente y sin fuerza, de forma suave y natural.

La energía de la tierra sube por los pies y alineamos piernas y cintura con la fuerza de un renovado Qi.

La energía se expande por la columna vertebral y el pecho, sube hacia la cabeza, hacia los brazos, las palmas y la punta de los dedos.

En nuestras posturas estiramos las extremidades y tendones pero sin tensión; las muñecas relajadas y los dedos estirados, activos.

La sangre y el Qi llegan a las palmas y la punta de los dedos, que se hinchan y cogen color, se siente calor, o frio, según la energía que se esté manifestando.

Nada de esto tiene que ver con la fuerza bruta, todo nace y depende de la mente consciente.

Cuando el peso lleno o vacío de nuestras posiciones se distingue de forma clara, la variación entre energía suave o fuerte se adapta al cambio. Las energías opuestas se complementan en cada giro y cada movimiento, en cada cambio, se mueven y se alternan la una con la otra.

Esto despierta el Qi, mientras el espíritu, la intención, permanece dentro, centrado en la práctica.

El movimiento nace en la relajación y dentro del movimiento también hay paz.

El espíritu dirige el Qi, palma y muñeca están conectadas a cadera y cintura, y el Qi se dirige a ellas con intensidad.

Nuestras extremidades, pies y manos y nuestra mirada, se amoldan en cada cambio de situación.

En TuiShou, la velocidad se adapta a la del oponente, mantenemos nuestro peso centrado en el DanTian en cada cambio, sin soltar al oponente, fluyendo con el sin perder nuestro centro. Cuando él sea fuerte, le desviamos con suavidad, cuando sea suave, le desequilibramos con fuerza.




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